Desde hace más de 3 mil años, la comida ocupa un lugar esencial dentro del judaísmo. Por su carácter diasporico, los judíos fueron incorporando aromas y sabores de los países que los supieron abrazar. Desde la llamada “Sefarad”, en la península Ibérica, imponente escenario para contener la integración de la cultura judía con la arábica y española hasta su hermana tan parecida y tan distante como la Ashkenaz, que nació en Europa Oriental y no sólo dio como frutos lenguajes, creencias, historias y canciones sino creativos platos nacidos de la pobreza y la dignidad humana. En el taller de cocina judía tradicional, además de las tradiciones y costumbres, aprenderemos las comidas de las festividades, a preparar ricos Lajmayin, Boios de verdura, Jalos, Kniches y mucho más.